Sinopsis: «Ave, César, los que van a morir te saludan». Quizá no haya ninguna frase más conocida sobre la gladiatura romana… y tampoco ninguna tan cargada de mitos, malentendidos y falsedades. Una frase que jamás se pronunció, fruto de la tergiversada imagen sobre los gladiadores que han propagado la novela histórica y el cine. Gladiadores. Valor ante la muerte, de Fernando Lillo Redonet y María Engracia Muñoz-Santos, es un libro que parte de las evidencias que la arqueología, la epigrafía y los textos clásicos han dejado sobre estos espectáculos, para mostrar su realidad y explicarlos dentro del contexto cultural y mental de la sociedad romana. A lo largo de sus páginas, trufadas de numerosas y espectaculares ilustraciones de Sandra Delgado, acompañaremos a los hombres que se convertían en gladiadores, compartiremos su vida en el ludus, el lugar donde se preparaban física y mentalmente para el combate, comeremos su rancho, sudaremos en sus entrenamientos y experimentaremos el miedo y el dolor, pero también la gloria, del momento supremo de la lucha, cuando podían convertirse en ídolos del público o caer –figurada pero también literalmente– en el olvido. Porque sin el público, espejo de lo que pasaba abajo, en la arena, los juegos gladiatorios no tenían su razón de ser, y por eso también viviremos un día en el anfiteatro, el ambiente y la excitación, seremos testigos de los diversos combates y emparejamientos, comprenderemos su fama y popularidad, y también su relación con el poder, con los emperadores, algunos de los cuales fueron entusiastas aficionados. Porque la gladiatura nos explica mucho sobre Roma, sobre sus concepciones y su moral, sobre su forma de entender la vida y arrostrar la parca: entenderemos, así, que a la arena no se va a morir, sino a mostrar valor ante la muerte.
Para descubrir cómo eran los gladiadores de verdad, más allá de lo que nos ha contado el cine, nada mejor que sumergirnos en las páginas de Gladiadores. Valor ante la muerte (Desperta Ferro, 2024), una obra fascinante escrita por Fernando Lillo Redonet y María Engracia Muñoz-Santos, que nos transporta al mundo de los gladiadores romanos con una precisión histórica y un rigor académico excepcionales. Ambos autores son reconocidos por su trabajo en la divulgación histórica y la investigación sobre la antigua Roma. A priori podemos pensar "otro libro de gladiadores", ya que son muchas las publicaciones dedicadas a estos, pero la gran mayoría cuentan la misma colección de tópicos que necesitan una profunda revisión. Este es uno de los propósitos de un libro que se basa en las últimas evidencias arqueológicas y epigráficas para desentrañar la realidad de los espectáculos gladiatorios, alejándose de los mitos.
Las ilustraciones, principalmente de Sandra Delgado, son un punto destacado del libro, basadas en una exhaustiva documentación y en la investigación más actual sobre el tema. Estas imágenes complementan el texto, ofreciendo una percepción visualmente rica de la vida y los combates de los gladiadores. A través de sus páginas los autores nos invitan a acompañar a los gladiadores, no solo en los combates sino también en su vida cotidiana o su entrenamiento en el ludus. La obra está divida en diez capítulos que realizan un amplio recorrido de la apasionante vida del gladiador y la gladiatura en general, comenzando por los orígenes funerarios de este tipo de espectáculos y como fueron evolucionando a lo largo del tiempo hasta su desaparición.
Uno de los capítulos más interesantes es el que se centra en la vida cotidiana de los gladiadores dentro del ludus, el lugar donde se entrenaban. Este capítulo ofrece una visión detallada de su entrenamiento físico y mental, sus rutinas diarias, y las relaciones que establecían entre ellos y con sus entrenadores. En él se describen las técnicas y ejercicios específicos que los gladiadores practicaban para prepararse para los combates, incluyendo el uso de armas y tácticas de lucha. De igual interés resulta la exploración de cómo era la vida dentro de estas escuelas de gladiadores, desde la alimentación hasta las condiciones de vida. Este capítulo es especialmente fascinante porque humaniza a los gladiadores, mostrando que eran más que simples luchadores; eran individuos con sus propias historias, miedos y aspiraciones.
Finalmente tengo que detenerme en dos puntos en los que la obra resulta innovadora a nivel historiográfico. El primero es la visión que dan los autores de las mujeres gladiadoras que no es la que habitualmente se suele tener sobre ellas, al respecto se han retraducido las fuentes para ver lo que realmente dicen de las luchas de mujeres en la arena. El segundo es la figura del espectador, que normalmente se deja de lado en los libros de gladiadores; el lector podrá vivir con emoción un intenso día de juegos en el Coliseo, casi como si estuviéramos entre el público, y además descubriremos que había de verdad en la llamada "cena libera".
En definitiva, Gladiadores. Valor ante la muerte es una obra imprescindible para cualquier interesado en la historia romana y los espectáculos gladiatorios. Con un estilo ameno y accesible, los autores logran desmantelar mitos y ofrecer una visión profunda y novedosa de estos luchadores legendarios. Unos hombres que "incluso cuando han sido derribados, y mucho más cuando todavía están en pie y luchando, nunca pierden el valor ante la muerte", afirmaba entusiasmado el refinado Marco Tulio Cicerón.
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