Sinopsis: En esta, la última entrega de su magistral trilogía sobre el Imperio bizantino, el gran historiador John Julius Norwich nos acompaña en un fascinante recorrido por los últimos siglos de Bizancio.
Desde la ascensión de Alejo I en el 1081 poco después de la derrota sufrida a manos de los turcos selyúcidas en la batalla de Manzikert en el 1071, pasando por la desastrosa Cuarta Cruzada cuyos soldados, liderados por el octogenario dogo de Venecia, desviaron su atención de los Santos Lugares para lanzarse contra Constantinopla, y las correrías de los almogávares aragoneses, hasta la trascendental caída de Constantinopla en 1453, seremos testigos de la heroica lucha del Imperio contra la constante agresión de sus enemigos.
Fueron años de declive, pero también de heroísmo y hazañas, que culminan en el que quizá sea el asedio que más ha conmocionado al mundo en toda la historia de la humanidad, con el que el Imperio romano de Oriente llegó a su fin, y con él, toda una era.
Para muchos, la caída de
Constantinopla y el fin de Bizancio marcan el auténtico final de una Edad Media
imposible de comprender sin el Imperio bizantino.
Este es el marco en el que John Julius Norwich (1929-2018), escritor e historiador británico especializado en la historia de Europa y del Mediterráneo, encuadra Bizancio. Declive y caída (Ático de los libros, 2025), que recordemos es el tercer y último volumen de su monumental trilogía dedicada el Imperio bizantino, completando así su exhaustiva narración de más de un milenio de historia de este fascinante imperio. Publicado originalmente en 1995, la obra abarca los últimos siglos de Bizancio, desde el reinado de Alejo I Comneno que anunció una suerte de recuperación después de la desastrosa derrota en Manzikert en 1071 hasta la caída de Constantinopla en 1453 a manos de los otomanos.
El libro se centra en el
período más turbulento y trágico de la historia bizantina, cuando el imperio,
ya debilitado por siglos de conflictos internos y externos, lucha por mantener
su relevancia en un mundo cada vez más hostil. Norwich, como en los dos
primeros volúmenes, organiza la narración de manera cronológica, siguiendo los
reinados de los emperadores de las dinastías Comneno, Ángelo y Paleólogo,
mientras describe los eventos clave que marcaron el declive del imperio: las
cruzadas, el saqueo de Constantinopla en 1204 por la Cuarta Cruzada, las luchas
internas por el poder y el inexorable avance de los turcos otomanos.
La Cuarta Cruzada (1202-1204) fue un punto de inflexión que marcó el principio del fin para Bizancio. Supuso un acontecimiento devastador para el imperio, y queda reflejado de un modo brillante en uno de los capítulos más impactantes del libro. Norwich dedica un análisis exhaustivo a este episodio, que describe como una traición catastrófica del occidente cristiano. Originalmente destinada a atacar Egipto, la cruzada fue desviada por una combinación de ambiciones venecianas, intrigas políticas y la debilidad interna de Bizancio bajo la dinastía de los Ángelo. Los cruzados, liderados por figuras como Enrique Dándolo, dux de Venecia, saquearon Constantinopla en 1204, un acto que el autor presenta como el golpe más duro al Imperio.
El saqueo de 1204 no solo
destruyó gran parte de la ciudad, sino que también fragmentó el Imperio en
estados sucesores, como el Imperio de Nicea y el Despotado de Epiro, mientras
los cruzados establecieron el efímero Imperio Latino. Norwich describe con
viveza el pillaje de tesoros culturales y religiosos, como los famosos caballos
de bronce de Constantinopla, llevados a Venecia. Este evento debilitó
irremediablemente a Bizancio, realmente ya nada será igual, dejando el terreno
abonado para las conquistas de los otomanos en los siglos posteriores.
Esto nos lleva al otro punto focal del libro: la caída de Constantinopla en 1453. La ciudad fue capturada el 29 de mayo como parte de la culminación de un asedio de 53 días que había comenzado el 6 de abril. El inmenso talento narrativo de Norwich logra transmitir la tragedia del asedio y posterior caída de Constantinopla, un evento que no solo marcó el fin de Bizancio, sino también el cierre de una era en la historia europea. Su relato del asedio final, con el emperador Constantino XI luchando hasta el último momento, así como la imagen del pueblo constantinopolitano rezando en Santa Sofía la noche previa al asalto final son unos de los momentos más emotivos del libro y refleja la admiración del autor por la tenacidad bizantina. Asimismo, también se exploran las tensiones religiosas entre la Iglesia Ortodoxa y el Papado, que complicaron los intentos de un socorro organizado por parte del occidente cristiano.
En resumen, Bizancio. Declive y caída es una obra imprescindible para todos los interesados en la historia del Imperio bizantino. John Julius Norwich logra cerrar su trilogía con un libro apasionante que no solo cuenta los últimos siglos de vida de la Roma de Oriente, sino que también celebra su legado, recordándonos por qué Bizancio sigue siendo una parte fundamental de la historia europea. Finalmente, decir que aunque se puede leer de manera independiente, para una experiencia óptima, recomiendo encarecidamente la lectura de los dos primeros volúmenes de la trilogía (Bizancio. Los primeros siglos y Bizancio. El Apogeo) para comprender plenamente el contexto y la dimensión de un período que abarcó 1.123 años de historia.
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