28 de abril de 2025

El mundo que forjó la peste - James Belich

Fecha de edición: 2.025
Editorial: Desperta Ferro
Páginas: 752 pp. + 8 a color
Precio: 28,95 €
Género: Ensayo histórico

Sinopsis: En 1346 la peste negra llegó a Europa para diezmar a poblaciones enteras a lo largo y ancho del continente entre sufrimientos indecibles. Una catástrofe terrible, una tragedia humana de proporciones bíblicas, pero que desencadenó una renovación cultural y un desarrollo económico de una escala también sin precedentes. El mundo que forjó la peste es una historia panorámica de tales cambios, de cómo la peste bubónica revolucionó el trabajo, el comercio y la tecnología en Eurasia y de cómo preparó el terreno para la expansión mundial de Europa occidental que arrancó poco más de un siglo después. James Belich, catedrático de la Universidad de Oxford en Historia Global, nos lleva a través de siglos y continentes para iluminar una de las mayores paradojas de la historia: ¿cómo pudo tal catástrofe plantar las semillas de ese espectacular despegue? Belich muestra cómo la peste, diezmando la población, duplicó la capacidad económica de los supervivientes y acrecentó la demanda de sedas, azúcar, especias, pieles, oro, esclavos… Europa se expandió para satisfacer dicha demanda y la peste proporcionó los medios. La escasez de mano de obra impulsó el uso de las energías hidráulica y eólica y de la pólvora y también aceleró el desarrollo de tecnologías como los altos hornos, las armas de fuego y los galeones artillados. Al situar el ascenso de Europa en un contexto global, demuestra cómo los poderosos imperios de Oriente Medio y Rusia también florecieron tras la peste, así como la intrincada relación entre la expansión europea y actores como China o los otomanos. El mundo que forjó la peste es, pues, una ambiciosa y pionera historia global en torno a las transformaciones revolucionarias que trajo la peste negra, cuando el Medievo dio paso a la Edad Moderna, una era que resuena en la nuestra, superviviente, asimismo, de una plaga en un mundo conectado y en permanente cambio.


OPINIÓN

El siglo XIV supuso para el continente europeo una época de significativos cambios en todos los ámbitos de la sociedad. La llamada Crisis del siglo XIV implicó la ruptura con el crecimiento demográfico de las centurias anteriores, la economía se quebró en toda Europa y el inicio de la Pequeña Edad de Hielo implicó unas malas cosechas que conllevaron hambrunas. A todo esto se sumaron nuevos conflictos bélicos. Sin duda una época convulsa, a la que se sumó la llegada entre  1346 y 1351 de la llamada Peste Negra, una pandemia que afectó a Europa, Asía y el Norte de África. Nadie quedaba libre de ser presa de un mal invisible que no distinguía entre clases sociales. Aquella pandemia marcó el devenir del continente europeo durante las siguientes centurias, pues provocó unos cambios tanto en la mentalidad como la economía y en la autoridad feudal. 

El historiador neozelandés James Belich nos trae una monumental y ambiciosa obra que redefine la comprensión de la Peste Negra no solo como una tragedia humana de proporciones devastadoras, sino como un catalizador fundamental de transformaciones económicas, culturales y tecnológicas que moldearon el mundo moderno. Con un enfoque global y una narrativa erudita pero accesible, Belich, catedrático de Historia Global en la Universidad de Oxford, presenta una tesis audaz: la peste, al diezmar hasta el 50% de la población de Europa, el norte de África y Oriente Medio, desencadenó una serie de cambios que allanaron el camino para la expansión europea, el capitalismo temprano y la transición del Medievo a la Edad Moderna. 

El libro está organizado como una historia panorámica que cruza siglos y continentes, desde el siglo XIV hasta el XVIII. Belich adopta un enfoque comparativo y global, evitando el eurocentrismo que a menudo domina las narrativas sobre la Peste Negra. Su análisis sigue tres grandes ejes: los efectos económicos de la peste, los avances tecnológicos impulsados por la escasez de mano de obra y las dinámicas de expansión global que conectan Europa con imperios de Oriente Medio, Rusia, China y el mundo otomano. Cada sección está respaldada por una amplia gama de fuentes, desde investigaciones recientes sobre patógenos hasta estudios sobre la centralización del Estado moderno, lo que refleja el rigor académico de Belich.

 

Belich divide la obra en cuatro partes. La primera de ellas ofrece al lector una visión general del origen, propagación y la mortalidad causadas por la peste negra y las epidemias de peste posteriores, el papel de las ratas en su propagación y cómo los análisis de ADN antiguo han confirmado que la Yersinia pestis es la bacteria responsable. Gran parte de lo que se analiza aquí nos sirve de una excelente introducción para las tres partes siguientes, que en mi humilde opinión son la verdadera esencia del libro. 

La segunda parte analiza el impacto que tuvo la peste en la economía, el comercio, la tecnología, el trabajo y las instituciones. Si bien hay gran cantidad de detalles y datos, se destacan varios patrones a gran escala. La pérdida de al menos la mitad de la población y las continuas pérdidas durante las epidemias de peste posteriores dieron lugar a una edad de oro económica para los supervivientes. Disponían de más dinero, activos, recursos naturales y buenas ubicaciones para el desarrollo de la agricultura y la industria. La riqueza aumentó, y con ella la demanda de alimentos y bienes de lujo anteriormente inaccesibles para la gran mayoría de la población. El trabajo también experimentó un cambio radical; los hombres de repente trabajaban fuera de sus hogares a largo plazo. En el frente institucional, la peste estimuló el surgimiento de Estados-nación y redes de comerciantes, banqueros y empresarios, que a menudo abarcaban varios países. En definitiva, mano de obra, tecnología y capacidad organizativa fomentados por la plaga. 

La tercera parte es tremendamente interesante. Esta sección del libro se aventura en áreas geográficas y culturas con las que estaba mucho menos familiarizado, discutiendo la historia e influencia de Rusia; los imperios mameluco, timúrida y otomano; así como los imperios coloniales musulmanes en Marruecos, Omán e India. Muchas de las mismas fuerzas y dinámicas fomentadas por la peste también las vemos aquí, con un lógico intercambio y adopción de ideas e inventos que erróneamente se consideran exclusivos de Europa occidental. Otros capítulos analizan modelos de imperios que se entrelazaron y se volvieron mutuamente dependientes. Por ejemplo, la ciudad de Génova comerciaba estrechamente con españoles y portugueses, mientras que los holandeses se volvieron dependientes de Polonia para la madera y el grano. En la cuarta y última parte, Belich pone su mirada en la consolidación de los imperios de Europa occidental en los siglos XVII y XVIII, su expansión colonial por todo el mundo, así como la Revolución Industrial en Gran Bretaña. 

En resumen, El mundo que forjó la peste es una obra, desde ya imprescindible, que combina erudición, audacia intelectual y una perspectiva global para reexaminar uno de los eventos más devastadores de la historia. James Belich no solo ilumina las paradojas de la Peste Negra, sino que también nos obliga a reflexionar sobre cómo las crisis pueden generar oportunidades inesperadas. La edición de Desperta Ferro Ediciones, como siempre muy cuidada y espectacular en las aportaciones gráficas.



Andrés CM

1 comentario:

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