Sinopsis: 30 de abril de 1945. En un búnker en las profundidades de la cancillería del Tercer Reich, Adolf Hitler y Eva Braun se suicidan. Pero la Alemania nazi sobrevive, la guerra no ha terminado. Todo parece detenerse y, sin embargo, todo se mueve a un ritmo frenético. Volker Ullrich relata jornada a jornada este tiempo fuera del tiempo y adentra al lector en un mundo que se derrumba, lleno de drama, violencia, esperanza y miedo.
Los siguientes ocho días, entre los más turbulentos de la historia, fueron testigo de las batallas finales de la Segunda Guerra Mundial y el colapso de la Wehrmacht, pero también de las últimas marchas de la muerte, de una epidemia de suicidios y violaciones masivas, de los intentos fanáticos de una última resistencia, de la desesperada huida de los peces gordos nazis, de la liberación de los campos de concentración...
En esta narración vibrante y conmovedora, el prestigioso historiador y periodista Volker Ullrich nos lleva al régimen fantasmagórico del almirante Karl Dönitz, sucesor de Hitler, que huye hacia Flensburgo mientras las fuerzas aliadas avanzan inexorablemente. Berlín capitula, el científico y diseñador de cohetes Wernher von Braun es detenido, Marlene Dietrich busca a su hermana en Bergen-Belsen. El relato de estos ocho días de mayo, basado en una asombrosa variedad de nuevas fuentes primarias y elaborado a partir de miniaturas históricas que forman un amplio mosaico, resulta más cautivador que muchas novelas de suspense.
La gran mayoría de libros publicados en español sobre el desmoronamiento de la Alemania nazi provienen de una perspectiva anglosajona, pero como alemán, Ullrich proporciona un punto de vista del que carecen esos libros. En lugar de recrearse con las victorias aliadas, Ullrich examina a conciencia la sociedad alemana y su negativa a asumir la responsabilidad en los horrores perpetrados por el régimen nazi. No obstante, tampoco obvia las acciones de algunos alemanes que se opusieron al nazismo hasta el final. Un ejemplo de esto es la actriz alemana Marlene Dietrich que acompañó al ejército estadounidense mientras se abría paso a través de Europa, actuando para los soldados durante todo el periplo. De manera similar, Ullrich escribe sobre las acciones de hombres como Konrad Adenauer, el primer canciller de la República Federal de Alemania, Kurt Schumacher, presidente del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), y el futuro canciller Willy Brandt, una de las figuras más notables de la posguerra alemana. Todos ellos sufrieron la represión de manera directa o indirecta, ya sea con el autoexilio o con el encarcelamiento y la tortura.
El enfoque general de la obra es resaltar la importancia de este pequeño período de tiempo en el renacimiento de la nación alemana que emerge tras doce años de nazismo. La estructura, a pesar de capturar aparentemente cada uno de los ocho días como un capítulo individual, permite que los eventos se extiendan hacia el pasado y el futuro desde su origen narrativo a principios de mayo. Ullrich no solamente se centra en los actores políticos que comienzan a emerger de las cenizas del Tercer Reich, sino que también cubre el desarrollo de la población alemana en su conjunto. Una sociedad que partiendo de la aceptación de la derrota y la cooperación con los vencedores fue virando hacia la desesperación por la total destrucción de su país. No obstante, el autor enfatiza que en este arduo proceso se sentaron las bases para un nuevo comienzo democrático de la nación alemana.
Otro punto a destacar es el papel del almirante Karl Dönitz como sucesor de Hitler al frente del gobierno alemán. Ullrich aclara que Dönitz no fue un mero instrumento administrativo para lograr firmar un acuerdo de rendición incondicional, sino que ordenó que la Wehrmacht mantuviera la lucha contra el Ejército Rojo, al tiempo que intentaba negociar rendiciones parciales con las potencias occidentales. Sin embargo, la suerte de Alemania a esas alturas ya estaba echada. A medida que el frente se iba estrechando y los canales de comunicación desaparecían, la capacidad de Dönitz y su gobierno fue menguando hasta convertirse en un régimen fantasmagórico en el que solamente reinaba el caos. El autor se muestra muy crítico con el gobierno de Dönitz al prolongar innecesariamente el sufrimiento de soldados y civiles durante esos ocho días finales de la guerra. Sin embargo, también es crítico con las actividades y políticas de los Aliados a principios de mayo; censurando su idea de rendición incondicional, la violencia desatada por el Ejército Rojo contra la población civil y las inhumanas condiciones de los prisioneros de guerra alemanes.
Finalmente, Ullrich relata el drama humano que se desató al final de la guerra con los aproximadamente 11 millones de personas desplazadas. Unos 7,6 millones de ellos, incluidos dos millones de prisioneros de guerra, eran trabajadores esclavos extranjeros. Además, los Aliados no habían hecho planes para albergar y alimentar a esta inmensa masa de población. Esto fue particularmente trágico para los entre 50.000 a 70.000 judíos desplazados, muchos de los cuales estaban al borde de la muerte. Y, pese a que los combates habían cesado, muchos de ellos siguieron sufriendo una implacable persecución y sucumbieron al hambre y las enfermedades. Un triste epílogo para el padecimiento de los judíos del este.
En resumen, Volker Ullrich nos ofrece una excelente, apasionante y detallada reconstrucción de los últimos días del régimen nazi, desde el suicidio de Hitler hasta la firma de la rendición total de Alemania. Brillantemente investigado y escrito, este fascinante relato abre una ventana al lector para que sea testigo de los acontecimientos y sucesos acaecidos durante aquellos dramáticos ocho días de mayo.
Una lectura muy interesante.
ResponderEliminarBesotes!!!
Toca un tema interesante, pero prefiero algo más narrativo.
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