13 de noviembre de 2025

Un pueblo en el Tercer Reich - Julia Boyd con Angelika Patel

Fecha de edición: septiembre 2.025
Editorial: Ático de los libros
Páginas: 456
Precio: 26,95 €
Género: Ensayo histórico

Sinopsis: Oberstdorf es un hermoso pueblo de los Alpes. Allí, durante siglos, las personas llevaron vidas sencillas, al margen de la gran historia. Sin embargo, incluso en este idílico pueblo, el nacionalsocialismo llegó a controlar la vida y la mente de sus habitantes. Basado en material de archivo, cartas, entrevistas y relatos orales, Un pueblo en el Tercer Reich ofrece un retrato extraordinariamente íntimo de la Alemania en tiempos de Hitler, del auge del totalitarismo y de la trágica historia de las víctimas de los nazis. En estas páginas conoceremos, entre otros, a los judíos que sobrevivieron, como Dora Lemkes (y a los que no, como Emil Schnell); a Ludwig Fink, el alcalde nazi que intentó proteger a los perseguidos, y a Theodor Weissenberger, un niño ciego cuya vida se consideró «indigna de ser vivida». En esta obra imprescindible, descubriremos cómo las vidas, sueños y lealtades de los ciudadanos de a pie se vieron atrapadas en la tragedia de la historia.


OPINIÓN

Las guerras llegan de repente y arrasan con todo, pero la vida continúa. Y así transcurrió en Oberstdorf durante las décadas de 1930 y 1940, con el auge y la caída del nazismo como una ola subterránea constante, solo que esta creció de tal manera que ni siquiera este pequeño y tranquilo pueblo pudo ignorarla. Situado en el suroeste de Baviera está rodeado de majestuosas montañas y tiene todos los elementos necesarios para lucir en una de esas preciosas postales turísticas que todos hemos comprado alguna vez. Entre 1933 y 1945, este apacible rincón no logró eludir el dominio del régimen nazi. El ayuntamiento, la escuela y cada una de las instituciones del lugar se vieron obligados a cumplir con las disposiciones y órdenes del poder nacionalsocialista. Quienes se resistían a seguir esas directrices corrían el peligro de ser delatados por sus propios convecinos, acabando en un campo de concentración o sufriendo un destino aún más sombrío. Durante la guerra, los jóvenes del pueblo fueron enviados al combate, y gran parte de ellos no volvieron jamás. Aquello puso en jaque la cohesión de la comunidad, y aun transcurridas décadas, los vecinos evitan referirse a esa etapa tan penosa.

En este fascinante microcosmos sitúa la historiadora británica Julia Boyd, en colaboración Angelika Patel, su nuevo libro Un pueblo en el Tercer Reich (Ático de los libros, 2025). La autora del best seller Viajeros en el Tercer Reich se basa en una exhaustiva investigación de archivos locales, diarios personales, cartas y testimonios orales para reconstruir la transformación de Oberstdorf. Con un enfoque en las vidas ordinarias, Boyd logra humanizar un sombrío período histórico, recordándonos que el totalitarismo no surge de la nada, sino que se normaliza gradualmente en el tejido social. Mencionar que la colaboración de Angelika Patel, oriunda de Oberstdorf y encargada de escribir la historia de la localidad durante los años del dominio nazi, da un impresionante matiz social al conjunto de la obra.


El libro abarca un período amplio, aunque el núcleo se centra en los años del Tercer Reich (1933-1945). Oberstdorf era un destino turístico conocido por sus paisajes alpinos, su tradición católica conservadora y su economía basada en la agricultura, el turismo y pequeñas industrias. No era un centro de poder nazi, sino un lugar remoto y aparentemente idílico, lo que lo convierte en un caso de estudio perfecto para examinar cómo el régimen de Hitler penetró en las periferias de Alemania. Las autoras comienzan con el trauma posbélico de la Gran Guerra, la hiperinflación de la República de Weimar y el ascenso del Partido Nazi en las elecciones locales, mostrando cómo factores como el desempleo, el resentimiento por el Tratado de Versalles y el antisemitismo latente prepararon el terreno. La narrativa está organizada cronológicamente, dividida en capítulos que siguen el arco histórico: desde la llegada de los primeros propagandistas nazis en 1930, pasando por la consolidación del poder en 1933, la radicalización durante la guerra, y finalmente la liberación por las tropas aliadas en 1945 y el proceso de desnazificación. 

Si en su anterior trabajo, Boyd narraba las experiencias de los visitantes internacionales en la Alemania de la década de 1930, ahora, en cambio se centra principalmente en la vida de los propios alemanes, sobre todo de los habitantes de Oberstdorf. Sus reacciones ante el nazismo fueron más diversas de lo que cabría esperar en una dictadura. Por ejemplo, conocemos a un cartero que fue un nazi fanático desde el principio y fundó la sección local del NSDAP en Oberstdorf, pero también al director del instituto, que intentó encontrar un punto medio entre sus ideales humanistas y la doctrina nazi. Otros, como el sacerdote católico del pueblo, rechazaban el nacionalsocialismo, aunque tuvieron que ocultar sus ideas para evitar problemas.

Uno de los aspectos más fascinantes y aterradores del libro es descubrir cómo reaccionó la población ante el ascenso político del nazismo. Tanto por su fe católica como por el turismo en el pueblo, muchos aldeanos se cuidaban de mantenerse alejados de los nazis. La clase media local se beneficiaba económicamente del turismo judío y, por lo tanto, no simpatizaba con el virulento antisemitismo de Hitler. Sin embargo, cuando el dictador llegó al poder en 1933, la llamada "Gleichschaltung" se desarrolló a toda velocidad en el pueblo alpino. Llegó un alcalde nazi, las asociaciones incluyeron en sus estatutos la prohibición de que los judíos fueran miembros, y los niños se unieron a las Juventudes Hitlerianas. 


Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, las primeras victorias generaron alegría generalizada, pero tras el ataque de Alemania a la Unión Soviética, el ambiente cambió. El número de muertos y heridos procedentes de Oberstdorf aumentó rápidamente, y, como consecuencia, el entusiasmo por el régimen disminuyó paulatinamente. Solo la fe de los más fanatizados permaneció inquebrantable, estos  provocaron gran inquietud en el pueblo al final de la guerra e incluso impulsó la creación de un movimiento de resistencia local. Finalmente las tropas aliadas llegaron en mayo de 1945. Los últimos capítulos abordan las consecuencias de la guerra para el pueblo y sus habitantes. El hambre era extrema y quienes habían pertenecido al NSDAP o a alguna otra organización nazi fueron sometidos a la desnazificación, que en este caso fue relativamente leve. La conclusión narra el establecimiento de la República Federal como estado soberano en 1949.  

Si algo me queda claro tras leer esta obra profunda y brillantemente escrita es que no hay respuestas absolutas. Oberstdorf actúa como un Tercer Reich en miniatura, y las autoras nos recuerdan que, incluso en este idílico pueblo de los Alpes bávaros, los límites entre bien y mal eran difusos.



Andrés CM

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