Sinopsis: La guerra civil española trascendió los límites convencionales del conflicto armado para convertirse en un campo experimental donde se gestó el futuro de la guerra aérea moderna. Este riguroso estudio examina el componente aéreo de esta contienda a través de los protagonistas que definieron la batalla en ambos bandos. Los perfiles de pilotos republicanos y sublevados cobran vida junto a figuras emblemáticas como André Malraux y Wolfram von Richthofen, mientras se rescata del olvido a profesionales fundamentales pero tradicionalmente ignorados: mecánicos, observadores y ametralladores de las FARE, cuya labor resultó crucial para el esfuerzo bélico.
Las grandes batallas
aéreas —como la de Brunete, Teruel o el Ebro— son analizadas meticulosamente,
revelando cómo estas confrontaciones en el aire determinaron frecuentemente el
desenlace de las operaciones terrestres. El texto documenta la fascinante
evolución de los combates aéreos: desde los primitivos duelos entre aeronaves
casi artesanales de los primeros meses, hasta las sofisticadas formaciones
tácticas de escuadrillas equipadas con modernos Messerschmitt Bf-109 y
Polikarpov I-16 que se enfrentaron en los últimos años del conflicto, anticipando
las tácticas que dominarían la Segunda Guerra Mundial.
En una coyuntura
histórica marcada por el auge de la aviación y la acelerada evolución
tecnológica, los cielos españoles fueron escenario de innovaciones tácticas y
estratégicas que transformarían definitivamente la naturaleza de los
enfrentamientos posteriores.
La obra, más que un texto
unitario, es un mosaico de ensayos firmados por diversos especialistas y
divulgadores, cada uno aportando su lente experta sobre un aspecto del combate
aéreo. Manuel P. Villatoro, conocido por su trabajo en el diario ABC, nos guía
por los cielos del bando sublevado, retratando a ases como Joaquín
García-Morato con una crudeza y realismo que los hace casi palpables. Carlos
Lázaro, por su parte, ilumina a los pilotos republicanos, mientras que Marina
Segovia Vara rescata del olvido a las mujeres que desafiaron los roles de
género para surcar los cielos. No menos conmovedor es el capítulo de Manuel del
Río, que reivindica a los mecánicos y ametralladores, esos héroes anónimos cuya
labor sostuvo el frágil esqueleto de las Fuerzas Aéreas de la República.
Brillante, todo hay que decirlo, este último capítulo ya que analiza un tema no
menos importante y que los historiadores suelen pasar por alto.
Otro de los aspectos que me ha resultado más interesante es su capacidad de equilibrar el análisis técnico, que hará las delicias de los aerotrastornados, con el drama humano. Los capítulos dedicados a los aviones -desde los Messerschmitt Bf 109 alemanes hasta los Tupolev SB soviéticos- no se limitan a describir máquinas, sino que las convierten en personajes de una narrativa mayor, donde la innovación tecnológica se entrelaza con el caos de la guerra. Los aeródromos, descritos con detalle por José Luis Pérez Torres, emergen como escenarios vivos, mientras que el análisis de Blas Vicente Marco sobre las batallas aéreas nos sumerge en la adrenalina de los combates. Sin embargo, es en los relatos sobre la población civil donde el libro encuentra su latido más dramático, evocando el miedo y la resiliencia de quienes vivieron bajo la amenaza de las bombas.
En lo tocante al estilo, aunque varía entre los autores, mantiene un tono accesible y marcadamente divulgativo. La edición de Pinolia es muy completa e incluye ilustraciones, fotografías de época y tablas técnicas que complementan el texto, ayudando a visualizar los aviones, aeródromos y batallas descritos. En cuanto a los puntos negativos, tengo que mencionar que la multiplicidad de voces, aunque es una fortaleza, a veces genera una ligera fractura narrativa, como si el libro dudara entre ser un compendio académico o una crónica unificada. Además, al tratarse de una obra que resalta el papel del conflicto civil español como un campo de pruebas para la aviación moderna, subrayando la importancia de este período en la historia militar del siglo XX, he echado en falta un epílogo que explore las cicatrices de la guerra aérea en la posguerra española, un eco que el libro apenas roza.
En síntesis, La Guerra Civil desde el aire no es solo un estudio histórico; es un portal a un tiempo donde los cielos se convirtieron en campos de batalla en España, a la vez que en un laboratorio de la guerra moderna. Moreno y Villatoro, como hábiles directores de orquesta, han tejido una obra que recontextualiza un conflicto que sigue resonando.
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