La obra aúna madurez y frescura dándole al conjunto un tono tremendamente humano, poniendo el foco en las personas de todos los estratos sociales, e hilando muy bien un relato de los acontecimientos con un análisis más fino de todas y cada una de las facetas de la vida en la antigua Roma. Con una estructura dividida en 15 capítulos y un epílogo, abarcando 488 páginas, cada capítulo aborda diferentes aspectos de la vida en Roma, desde la estructura social y política hasta la vida familiar, la salud, y los espectáculos públicos. De la Bédoyère utiliza una amplia variedad de fuentes, incluyendo inscripciones y documentos de los últimos siglos de la República y los primeros siglos del Imperio.
Tengo que mencionar que ante todo, Populus es una lectura apasionante, rica en historias y reflexiones sobre la vida de la gente común romana, esa a la que el autor define "vasta masa de ciudadanos romanos que disfrutaban de derechos como el voto y el ejercicio de cargos públicos". Como he dicho antes, De la Bédoyère cubre todas las facetas de la vida romana: la sacralidad de la familia y la prevalencia del sexo extraconyugal; el papel central de la esclavitud en el Imperio romano; la oportunidad para que los esclavos se convirtieran libertos; la subvención a los ciudadanos por parte del estado con maíz, trigo y entretenimiento; los placeres del baño social; las relaciones de los ciudadanos romanos con sus dioses y, finalmente, su concepción de la muerte. Al hacerlo, le da al lector una comprensión de lo singulares y difíciles que podían llegar a ser las vidas de las masas en la antigua Roma.
Pese a que las ventajas de vivir en Roma eran muchas, la ciudad proporcionaba a sus ciudadanos muchos servicios y oportunidades, el autor deja claro la faceta más oscura de la vida en la capital, porque en Roma campaba a sus anchas la violencia callejera, la contaminación del aire y el bullicio continuo. A esto contribuía la falta de luz solar en sus estrechas calles en las que los criminales estaban al acecho y hasta el más pintado podía acabar muerto en el Tíber. Pero sin duda valía la pena correr esos riesgos si a cambio podíamos disfrutar de las carreras en el Circo Máximo, la comodidad de las termas, la paz de los foros públicos y, ante todo, la sensación de emoción y orgullo de sentirse ciudadano romano y vivir en el centro del mundo. Junto con los empleos y las oportunidades, el poder y la riqueza estaban al alcance de la mano de los ambiciosos que las desearan.
Uno de los capítulos a destacar es el dedicado a los espectáculos públicos. En él, se ofrece una visión soberbia de los juegos de gladiadores, las carreras de carros, los teatros y otros entretenimientos que eran fundamentales en la vida romana. Guy de la Bédoyère describe con detalle no solo los eventos en sí, sino también sus orígenes, y el impacto social y cultural que tenían en la población. Explora cómo estos espectáculos servían como una forma de control social y de entretenimiento masivo, y cómo reflejaban las tensiones y las dinámicas de poder dentro de la sociedad romana. Además, el autor salpica la lectura con anécdotas y relatos de testigos contemporáneos para dar vida a estos eventos, lo que hace que la lectura sea especialmente entretenida.
Su estilo de escritura es accesible y ameno, lo que hace que el libro sea fácil de leer incluso para aquellos que no son expertos en historia romana. De la Bédoyère es conocido por su capacidad para hacer que la historia antigua sea comprensible para los lectores modernos, combinando rigor académico con una narrativa atractiva. Por si esto fuera poco el libro incluye 32 imágenes en color, cuatro apéndices con información adicional, un glosario de términos técnicos y un amplio índice alfabético. Unos materiales complementarios enriquecen la lectura y facilitan la comprensión de los temas tratados.
Este libro constituye con toda seguridad un valioso titulo que no puede faltar en las estanterías de cualquier interesado en la historia de la antigua Roma y, particularmente, de quienes sientan curiosidad por conocer más íntimamente la vida de aquellos ciudadanos comunes que dieron forma al estado romano a lo largo de su dilatada historia.
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