En
sus cartas, grandes figuras de la historia -desde Virginia Woolf hasta Emilia
Pardo Bazán, pasando por Oscar Wilde, Goya, Emily Dickinson o el marqués de
Sade- dejaron escrito el fuego que los consumía. Éxtasis, fantasías,
confesiones, escándalos, primeras veces...
Estas
correspondencias apasionadas y desatadas muestran cómo el erotismo, inherente a
la naturaleza humana, surge en la intimidad con una fuerza arrolladora que va
más allá de los tabúes y las normas, y hace temblar la vida de sus protagonistas.
Un tributo epistolar al dios Eros.
La portada es una
preciosidad, para mi gusto es muy evocadora porque incita la pasión con un poco
de sencillez y sensualidad, pero el verdadero placer está en el interior.
Cuando empiezas a leer esas cartas de personalidades tan conocidas que nos
cuentan sus más íntimos pensamientos, fantasías y pasiones, hacen que su lectura se vuelva una experiencia fascinante. Uno de los detalles que más me ha
sorprendido ha sido que no solo hay cartas entre esposos, novios o amantes,
sino que también hay cartas de padres a hijos dando consejos, cartas entre
hermanos, entre amigos, e incluso entre políticos.
La obra logra una eficaz mezcla epistolar, en sus páginas encontraremos cartas de contenido más erótico, otras más sensuales, algunas incluso pueden rozar la degeneración o la perversión más impensable para la época, pero lo más sorprendente de estas cartas es que cada una nos cuenta los sentimientos que en ese momento tuvo esa persona o sus deseos más íntimos. A lo largo del libro veremos que muchos de nuestros protagonistas tienen varias cartas; la pasional correspondencia que mantuvieron Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós no tiene desperdicio.
Para finalizar diré que
Nicolas Bersihand ha realizado un gran trabajo de edición, haciendo que el
lector entre en contacto con cada una de estas joyas epistolares. En cada una
de ellas nos aclara quien es su autor o autora y nos describe brevemente la
relación que le une con el destinatario. Políticos, escritores, reyes,
estadistas, pintores, militares e incluso sacerdotes desfilaran por unas páginas
absolutamente fascinantes. Sin ninguna duda el deseo del editor ha sido
cumplido, Cartas eróticas es un tributo epistolar al dios Eros.
No me llama en esta ocasión, pero me alegra que lo hayas disfrutado.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me parece super interesante y desde luego, la portada es espectacular.
ResponderEliminarBesitos.
Hola!
ResponderEliminarQue interesante! También la portada me ha llamado la atención, me parece muy atractiva.
Un beso!
Hola!! una propuesta muy interesante que me la anoto ya
ResponderEliminarEso de publicar las intimidades de la gente no es una idea con la que comulgue. Pese al valor de las cartas, tanto literario como histórico, pues nos muestran que hace siglos la gente era tan pasional como ahora, me parece una invasión de la intimidad, incluso aunque los familiares lo permitan.
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