Sinopsis: Cuando los Tercios se enfrentaron a los samuráis.
Año 1582. Una formidable flota de piratas japoneses se propone invadir la isla de Luzón, la mayor de Filipinas, defendida por apenas un puñado de infantes de los Tercios. Será la primera vez en la historia que se midan, frente a frente, los mejores guerreros de Oriente y Occidente.
Juan Pérez-Foncea, autor de novelas históricas tan celebradas como Los Tercios no se rinden, El héroe del Caribe o Invencibles, sumerge al lector en esta ocasión en los pormenores de la batalla de Cagayán, un enfrentamiento militar que, en las proximidades del río del mismo nombre, hubo de afrontar la Armada Española de Filipinas, al mando del capitán Juan Pablo de Carrión. Fiel a su trayectoria, el autor arroja una potente luz sobre un suceso histórico que los españoles de hoy, casi en su totalidad, desconocen por entero.
Quien conozca la trayectoria literaria de Juan Pérez-Foncea sabe que en sus libros priman los hechos históricos reales del Imperio español, es en este espacio donde el autor se siente cómodo ambientando sus novelas. En su nuevo trabajo repite formula dando luz a uno de los sucesos más asombrosos del periodo imperial, los primeros pasos de los españoles en el remoto archipiélago de islas que serían conocidas como las Filipinas.
Lo primero que tengo que mencionar es que estamos ante una novela excelentemente documentada, con una ambientación al detalle en la que el autor teje una historia repleta de acción en torno a unos personajes llenos de vida. En la introducción, Pérez-Foncea aclara brevemente como fue el proceso que llevo a los españoles hasta Filipinas, remontándose al año 1513 cuando Vasco Núñez de Balboa descubrió el Océano Pacifico hasta 1565, año en el que Miguel López de Legazpi emprendió su expedición a Filipinas. En esta expedición en la que conoceremos a Gonzalo de Gómara, joven protagonista de la novela y a su inseparable amigo Juan de Salcedo, nieto de Legazpi.
Desde el principio Pérez-Foncea nos deja claro los principales problemas a los que tuvieron que hacer frente estos pioneros; uno fue la piratería endémica de la zona, ya fuera china, japonesa o filipina, y el otro la tremenda escasez de hombres disponible para hacerles frente. Esto queda de manifiesto en el ataque del pirata chino Li-Ma-Hon a Manila en 1574. Otro punto a destacar son los personajes nativos y su relación con los españoles y con las primeras comunidades de órdenes religiosas instaladas en Filipinas cuya labor evangelizadora se muestra esencial en la idea de imperio que se tenía.
Todo cambiará para nuestro protagonista cuando decide instalarse en el norte de la isla de Luzón y llevar una vida tranquila. Allí se topara con las primeras incursiones de Tay-Fusa y será testigo de primera mano de la crueldad de los piratas japoneses, así como de la cadena de acontecimientos que desembocaran en los combates de Cagayán. Esta es la parte que más he disfrutado, en ella el autor hace gala de sus conocimientos de la época para describirnos las batallas y escaramuzas en unas páginas repletas de acción. Por decir algo negativo, lo único que he echado en falta es algún que otro mapa para una mejor comprensión del texto que siempre es de agradecer en una novela histórica.
En resumen, una novela más que recomendada, sobre todo si eres un aficionado del periodo en el que está ambientada, siendo de gran ayuda para conocerlo. Aventuras, acción y batallas a raudales en una historia que bien merecía una novela.
Hola :)
ResponderEliminarEs un libro que apunta a ser de lo más interesante a pesar de no ser mi periodo histórico favorito, la edad moderna no ha sido nunca mi fuerte jeje . Por el momento, no me animo con su lectura.
Besos
No es tampoco mi período histórico favorito, así que no creo que me anime.
ResponderEliminarBesotes!!!