Sinopsis: Cuando Pío XII murió en 1958, sus documentos permanecieron sellados en el Archivo Secreto Vaticano. Así, multitud de preguntas sobre lo que sabía e hizo durante la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto quedaron sin respuesta. Con el tiempo, esas preguntas no han hecho más que crecer y enconarse, y Pío XII se ha convertido en uno de los papas más polémicos de la historia.
En 2020, los archivos de Pío XII se desclasificaron finalmente. David I. Kertzer, uno de los principales estudiosos sobre el Vaticano, ha accedido a estas nuevas y cruciales fuentes, así como a archivos de Italia, Alemania, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, para trazar un extraordinario y actualizado retrato de las acciones y omisiones del papa mientras la guerra desgarraba el continente y los nazis asesinaban en masa a los judíos de Europa. El papa en guerra aclara los mitos que han rodeado a las acciones del papa entre 1939 y 1945, y muestra un papa que se plegó repetidamente a la voluntad de Hitler y Mussolini.
La obra comienza con un
práctico elenco de personajes que ofrece breves biografías de figuras clave en
esta historia. Desde el principio, Kertzer es franco en su evaluación de muchos
miembros de la Curia como personas poco preparadas e incapaces de afrontar las
trascendentales tareas que tenían por delante. Dividido en cuatro partes, el
libro empieza con los últimos meses del papado de Pío XI, cuando, por un breve
momento, pareció que el Vaticano podría emitir una condena del fascismo y el
nazismo. La encíclica murió junto con Pío XI el 10 de febrero de 1939; El
ascenso al papado del Secretario de Estado del Vaticano, Eugenio Pacelli, se
produjo el 2 de marzo de 1939. El experimentado diplomático Pacelli, ahora Papa
Pío XII, adoptó inmediatamente una actitud conciliadora hacia Alemania e Italia
cuando ordenó al periódico del Vaticano, L'Osservatore Romano, que pusiera fin
a todas las críticas al gobierno alemán.
Kertzer, respetado
vaticanista y profesor de la Universidad de Brown, desmiente varios mitos y
clarifica la compleja relación entre Pío XII, Hitler y Mussolini, mostrando
cómo el Papa, aunque no era un simpatizante nazi, tampoco fue una figura
abiertamente defensora de los judíos durante el Holocausto. La obra sigue una estructura cronológica, detallando eventos clave y decisiones
papales, con un énfasis en los esfuerzos de la Iglesia para salvar a algunos
judíos, especialmente aquellos que se habían convertido al catolicismo o eran
parte de matrimonios mixtos. Se nos muestra un hombre guiado más por el temor
a las posibles represalias contra la Iglesia en territorios ocupados por el
Eje, que por una indiferencia hacia el genocidio. El libro revela también negociaciones
secretas entre Pío XII y Hitler a través de intermediarios nazis, lo que añade
una capa de complejidad al entendimiento de su pontificado.
La primera prueba importante de liderazgo moral del nuevo Papa llegó sólo dos días después de su coronación, el 14 de marzo de 1939, cuando Alemania invadió Checoslovaquia. Inmediatamente, el nuevo pontífice enfrentó una presión considerable para denunciar la invasión alemana, pero Pío XII permaneció en silencio. No obstante, el pontífice no sentía más que desdén por los nazis, y en sus tratos con ellos, su primera prioridad era la protección de la Iglesia católica en Alemania. Después vino el turno de Polonia y la cosa empeoró, Kertzer no cesa de argumentar la derrota moral del liderazgo del Papa, dando ejemplos de su negativa a hablar abiertamente. Mientras, los alemanes arrasaban la Polonia católica, perpetrando crímenes indecibles contra civiles, incluidos miembros del clero. El autor sostiene que el silencio del Papa no era la conducta esperada ni aceptable de un pontífice en ese momento, sino que estaba motivado por su personalidad, en oposición directa a muchos que le rogaban que actuara de manera diferente y con valentía.
A partir de 1942, la presión sobre el Papa para que hablara se hizo enorme. El año siguiente, la ocupación alemana de Roma en septiembre de 1943 y la posterior represión contra judíos romanos pusieron a prueba la política del Papa de no criticar el continuo exterminio de los judíos de Europa por parte de los nazis. Kertzer sostiene que el Vaticano solo hizo débiles intentos de intervenir diplomáticamente para ayudar a los católicos de herencia judía, pero incluso esas intervenciones a menudo llegaron demasiado tarde.
Finalmente, y en un intento de explicar el apaciguamiento del Papa hacia Alemania e Italia, Kertzer sostiene que, antes de 1942, cuando parecía que las potencias del Eje estaban ganando la guerra, buscó formas para que la Iglesia funcionara dentro de esta nueva realidad. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que El Papa en guerra es tanto la historia de Mussolini como la del Papa Pío XII. Kertzer demuestra su profundo conocimiento del papado y de la Italia fascista a la hora de entrelazar magistralmente las vidas del pomposo e histriónico dictador italiano y del pontífice tímido y ascético, que se usaban y despreciaban a partes iguales.
En resumen, El papa en guerra no solo es una exploración exhaustiva de un periodo oscuro en la historia del Vaticano sino también un examen crítico de cómo la moralidad y la política pueden entrelazarse de maneras complejas. Con su libro, Kertzer nos invita a reflexionar sobre el papel de la Iglesia en tiempos de conflicto y sobre la ética de la neutralidad frente a la injusticia. Definitivamente, estamos ante una lectura esencial para aquellos interesados en la historia europea, la teología política y los estudios del Holocausto.
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