Sinopsis: Cartago, Numancia. Dos ciudades, dos nombres, que despertaban pesadillas en los romanos del siglo II a. C., recordando los aciagos días en que Aníbal puso contra las cuerdas a sus abuelos y el rosario de derrotas que los celtíberos habían infligido a las legiones en Hispania. Fue Publio Cornelio Escipión Emiliano quien, de una vez por todas, exorcizó esos miedos: Cartago fue arrasada hasta los cimientos, después de un atroz asedio, y Numancia claudicó, su orgullo doblegado ante la tenacidad implacable de un hombre decidido a hacer honor a su estirpe. Porque Escipión Emiliano perteneció a la más laureada aristocracia romana, hijo del Emilio Paulo que conquistó Macedonia y nieto por adopción del primer Africano, el vencedor de Zama. Escipión Emiliano estuvo a su altura, siendo dos veces cónsul y censor, y ganando en el campo de batalla los dos apodos por los que pasó a la posteridad: Africano y Numantino. Este libro supone la primera biografía en español de una de las figuras más decisivas de la República romana, en un momento de profundos cambios políticos, sociales, culturales y territoriales. La Roma que Escipión Emiliano dejó al morir era mucho más poderosa y extensa que la que le vio nacer, ama y señora del mundo conocido, en buena medida por sus acciones. Su apasionante vida permite, además, acercarnos a los problemas a los que la República tuvo que hacer frente en las décadas centrales del siglo II a. C., un régimen que se debatía entre la práctica política tradicional y los nuevos aires que llegaban del mundo helenístico. Ni su prematura muerte, en extrañas circunstancias, ni su enfrentamiento con la plebe a cuenta a de la ley agraria de su primo Tiberio Graco, lastraron el glorioso legado del destructor de Cartago y conquistador de Numancia, al que podemos hoy saludar como al primero de los romanos de su tiempo.
Como soldado, Escipión contribuyó en gran medida al mantenimiento y la expansión del poder de Roma en el mundo. Durante unos veinte años fue una figura destacada, pero tuvo grandes enemigos políticos, y como muy bien señala Salinas en el libro, su liderazgo rara vez fue indiscutible. Sus objetivos e ideales políticos también quedan brillantemente expuestos al lector. Se muestra a un Escipión influenciado por Polibio, interpretando la República romana de su época a través de la lente de la filosofía política griega. Tanto Polibio como Escipión pensaban que los estados estaban sujetos a ciclos de crecimiento y decadencia, e interpretaron la conquista de Cartago por Escipión como la cúspide de la grandeza de Roma, a partir de la cual solo era posible el declive. Una afirmación con la que se puede o no estar de acuerdo, en lo que no hay discusión es en que la biografía de Salinas permite estudiar los problemas militares y sociales de Roma en este periodo, que serán decisivos para la evolución de la República.
Cómo he mencionado, el
libro es una biografía como mandan los cánones. Es decir, en primer lugar se
expone la vida del protagonista dentro de su contexto histórico. Así, el autor
nos narra los primeros años del joven Escipión, su carácter y sus relaciones
familiares y políticas. Es aquí donde radica uno de los mayores méritos de la
obra al contextualizar la vida de Escipión Emiliano dentro de las dinámicas de
la República romana. Salinas no se limita a ensalzar sus logros militares,
aunque estos ocupan un lugar central. La destrucción de Cartago, tras un asedio
brutal, y la rendición de Numancia, doblegada por hambre más que por las armas,
son narradas con detalle, mostrando el pragmatismo y la tenacidad de Emiliano
como general. Sin embargo, el autor también dedica espacio a su faceta
política: dos veces cónsul y censor, Emiliano fue un hábil estratega en el
Senado, tejiendo redes de poder y enfrentándose a las reformas agrarias de su
primo Tiberio Graco, lo que revela las fracturas internas de una Roma en
transición.
Uno de los capítulos más
sobresalientes es el dedicado al asedio y destrucción de Numancia (133 a.C.).
Esta parte no solo representa el clímax militar de la carrera de Escipión
Emiliano, sino que también encapsula los temas centrales de la obra: su genio
estratégico, su pragmatismo implacable y el impacto de sus acciones en la
expansión romana. A mi juicio, este capítulo brilla porque combina una
narrativa emocionante con un análisis histórico profundo de las guerras en
Hispania, apoyándose en fuentes como Apiano y Polibio para reconstruir los
eventos. Además, conecta el episodio con las consecuencias políticas en Roma:
el regreso triunfal de Emiliano y su segundo consulado, pero también las
tensiones sociales exacerbadas por la desigualdad que sus victorias no
resolvieron.
El estilo de Salinas es claro y accesible, pero no sacrifica el rigor académico. Su experiencia como historiador se refleja en la precisión con la que maneja las fuentes antiguas y en su capacidad para ofrecer interpretaciones sólidas sobre eventos a menudo envueltos en cierta ambigüedad. Además, hay que mencionar la excelente labor de edición llevada a cabo por Desperta Ferro, que incluye mapas e imágenes, cinco apéndices diferentes, un cuadro genealógico de los Cornelios Escipiones y un amplio índice analítico.
En resumen, nos encontramos ante una obra imprescindible para quienes buscan comprender el auge de Roma como potencia imperial y los desafíos internos que acompañaron esa expansión. Manuel Salinas ha creado un relato ameno, didáctico y profundamente sincero, que honra la complejidad de una figura que sentó las bases del poder unipersonal en las décadas posteriores.
Pues tomo buena nota, que Roma y su historia siempre me atrae. Gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!