Sinopsis: Una lóbrega tarde de noviembre de 1862, un rústico féretro recibía sepultura en medio de un escalofriante silencio, sin lamentos ni panegíricos por orden expresa del comisionado británico: «No debe quedar rastro que distinga el lugar donde descansen los restos del último mogol». El cadáver que ocupaba el ataúd era el de Bahadur Shah Zafar II, uno de los monarcas más tolerantes y gentiles de una extraordinaria dinastía que se vio al frente de un violento alzamiento, el motín de la India, condenado de antemano al fracaso. El sangriento sitio de Delhi, el Stalingrado del Raj, será su fin, el ocaso de su dinastía y el fin de una cultura incomparable.
Bahadur Shah Zafar II, el último emperador mogol por cuyas venas corría la sangre de Tamerlán y Gengis Khan, fue un místico, un gran poeta y un hábil calígrafo que, aunque privado del poder político real por la Compañía de las Indias Orientales, se rodeó de una brillante corte y presidió uno de los grandes renacimientos culturales de la historia de la India. En 1857, fue la bendición de Zafar a la rebelión de los cipayos de la Compañía la que transformó lo que en principio parecía un simple motín en el levantamiento más grande que el Imperio británico tuviese jamás que sofocar. El último mogol. El ocaso de los emperadores de la India es un retrato de la deslumbrante Delhi que Zafar personificaba, la historia de los últimos días de la gran capital mogola y de su destrucción final en la catástrofe de 1857. William Dalrymple, que ya nos cautivó con La anarquía. La Compañía de las Indias Orientales y el expolio de la India y El retorno de un rey. Desastre británico en Afganistán, ofrece un poderoso relato de estos fatídicos acontecimientos, por vez primera narrados desde la perspectiva india, a partir de más de 20 000 documentos que el autor encontró en los archivos nacionales de India, escritos por habitantes de Delhi que sobrevivieron a la masacre. Una obra extraordinaria que completa la trilogía dedicada a la Compañía de las Indias Orientales con claros ecos contemporáneos, en cuyo corazón laten las vidas e historias de individuos, indios e ingleses, trágicamente arrollados en uno de los episodios más sangrientos de la historia de la India.
Hoy toca reseñar una época y unos personajes fascinantes que gracias a la gran labor del historiador y escritor escocés William Dalrymple, autor de los exitosos El retorno de un rey (Desperta Ferro, 2017) y La anarquía (Desperta Ferro, 2021), se nos muestran de un modo sobresaliente en el que el autor es capaz de mezclar erudición y divulgación con un resultado a la altura de las mejores novelas de aventuras sin dejar de lado lo que realmente es, un excepcional libro de historia con el que vamos a conocer el Motin de la India de 1857 y las consecuencias que trajo a través de los ojos del último emperador mogol Bahadur Shah Zafar II.
Lo primero que tengo que decir sobre el libro que nos ocupa es que como en los anteriores trabajos de Dalrymple nos encontramos ante una obra de una factura impecable en la que el autor con una escritura hipnótica, combinando cartas y diarios de la época nos traslada a unos sucesos traumáticos para la historia de la India cuyos ecos todavía resuenan hoy día. Unos sucesos en los que la figura principal va a ser el último gobernante de la dinastía Timúrida Bahadur Shah Zafar II, un hombre anciano que se ve envuelto en unos acontecimientos imposibles de manejar y con un destino trágico del que le es imposible huir. El otro actor principal de esta historia no es alguien de carne y hueso sino una gran corporación; la Compañía de las Indias Orientales, que ejercía el gobierno real de la India convirtiendo el papel del emperador mogol en una figura decorativa con un mero papel simbólico, sin embargo, incluso ese trabajo estaba menguando. Situación que se fue agravando con el paso de los años para quedar sellada definitivamente cuando los británicos tras una disputa sobre la capacidad para elegir a su propio heredero le comunicaron que sería el último hombre en sentarse en el trono. A pesar de todo esto Zafar logro liderar un renacimiento cultural y artístico en una época de la India en la que imperaba un intenso declive político y económico.
Dalrymple marca diferentes fases en el proceso británico de colonización de la India; en la primera de ellas los funcionarios británicos intentaron trabajar integrándose en la cultura del país casándose con mujeres indias y creando una sociedad "menos" destructiva. En la segunda mitad del siglo XIX el escenario cambiará con la llegada de evangelizadores que intentando imponer el cristianismo tanto a musulmanes como hindúes encontraron una profunda oposición de estos. Otro punto culminante fue cuando se ordenó a las tropas de cipayos bajo el mando británico que dejaran atrás sus tabúes religiosos, así como promover la mezcla de castas y romper las restricciones dietéticas. Si a todo esto sumamos lo anteriormente dicho sobre los planes de la Compañía en cuanto a la disolución del Imperio mogol tras la muerte de Zafar, el caldo de cultivo estaba servido para lo que se avecinaba en 1857.
Normalmente se sitúa el origen de la rebelión en la introducción de cartuchos engrasados para el fusil Lee Enfield pero como bien nos expone el autor fue solo el detonante. El citado cartucho estaba cubierto con una membrana engrasada que debía morderse para poder cargarlo en el fusil, y empezó a correr el rumor de que la grasa provenía de vacas o de cerdos, algo ofensivo tanto para hindúes como musulmanes. Lo que en un principio comenzó como un amotinamiento de miles de cipayos del ejercito de la Compañía Británica de las Indias Orientales pronto derivó en un escenario de guerra abierta al que se fueron uniendo la población descontenta de diferente extracción social y que fue el mayor desafío para el poder colonial británico desde la Revolución de las Trece Colonias.
Dalrymple nos expone la rebelión de una manera clara y tangible, usando registros de todo tipo de personas, desde hombres comunes hasta cronistas indios y británicos, creando un soberbio relato de lo ocurrido en Delhi antes, durante y después del levantamiento. Zafar se nos muestra como como un ser humano normal con sus propias inseguridades e incapaz de ejercer un fuerte liderazgo durante el motín pero que fue capaz de comprender el complejo tejido de su ciudad y poner énfasis en la coexistencia en lugar del dominio. Precisamente es a través de los ojos de Zafar con los que el autor nos va a narrar todo lo que sucedió en Delhi, dejando en segundo plano los sucesos que suceden en otros lugares dentro del contexto de la rebelión. Este podría ser un punto negativo del libro, pero lejos de serlo es lo que más fuerza le da a una narración que por momentos se muestra épica y trágica a partes iguales, al mismo tiempo que somos capaces de palpar el profundo amor que siente el autor por Delhi, evocando el ocaso de la dinastía Timúrida y por ende de un imperio que hacía tiempo que solo existía sobre el papel.
No sé prácticamente nada sobre esta época, así que este libro me viene genial para llenar esas lagunas *-*
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Hola :)
ResponderEliminarEs un libro interesante, por el periodo histórico en el que se basa. No sé yo si lo tendré en cuenta del todo en el futuro, pero desde luego no descarto del todo su lectura.
Saludos
¡Hola Andrés!
ResponderEliminarPues tiene pinta de ser fascinante, desde luego, tampoco conozco mucho sobre este contexto y seguro que leyéndolo se aprende un montón ^^
¡besotes!
¡Hola! Qué bien que consigan transformar ese punto que podría resultar negativo, en la fuerza del libro. Creo que no es un libro para mí, de todos modos. Un besote :)
ResponderEliminarHola! No creo que sea una lectura para mí pero se ve interesante. Gracias por tu reseña.
ResponderEliminarUn saludo!
Muy interesante! Me gustan los libros ubicados en otra época!
ResponderEliminarNo sabía nada de todo esto y resulta interesante, pero los libros de historia se me hacen aburridos. Si como mínimo fuera una novela histórica, aunque también suelen aburrirme, me lo pensaría.
ResponderEliminarUn saludo,
Laura.