Sinopsis: Durante la Guerra de Secesión de Estados Unidos, más de seiscientos mil soldados perdieron la vida, una carnicería sin precedentes que, en términos actuales, equivaldría a seis millones de personas. La escalofriante escala de mortandad y la devastación fue tal que no solo afectó a la existencia de centenares de miles de individuos, sino que tuvo un impacto profundísimo en la vida y la psique colectiva de la nación. En el monumental y multipremiado libro Esta República del sufrimiento. Morir y matar en una guerra civil, Drew Gilpin Faust, experta en la Guerra de Secesión y primera presidenta de la Universidad de Harvard, describe cómo una cultura profundamente religiosa como la estadounidense pugnó por tratar de conciliar la idea de matar al prójimo o morir por una causa que no todos compartían con su creencia en un Dios benevolente, cómo madres, padres, hermanos o hijos tuvieron que encajar la pérdida de sus seres queridos y cómo los supervivientes de esta ordalía debieron rehacer y continuar sus vidas. A lo largo de Esta República del sufrimiento. Morir y matar en una guerra civil, escuchamos las voces de los soldados y de sus familias, de estadistas, generales, predicadores, poetas, cirujanos, enfermeras, del Norte y del Sur, que se conjugan para transmitir vívidamente cuál fue la experiencia más fundamental y ampliamente compartida de esta guerra, como lo es de todas: la muerte. Una lectura tan humana como sobrecogedora que desnuda a la guerra de cualquier romanticismo y visibiliza las profundas cicatrices que los conflictos civiles, como lo fue la Guerra de Secesión y como lo han sido tantos otros, dejan en las sociedades.
La mayoría de los libros sobre la Guerra de Secesión de Estados Unidos se pueden agrupar en dos categorías: estudios sobre la historia militar del conflicto y estudios que se centran en los aspectos políticos del mismo. El libro de Drew Gilpin Faust no se acoge a ninguna de estas dos categorías, sino que realiza un profundo estudio del alcance de la muerte y el sufrimiento resultantes de la guerra. Esto resulta novedoso en lo referente a la historiografía del conflicto, al encontrarnos con una obra en el que la muerte es el tema principal. Pero, no solamente en su expresión de matar o morir por una causa, sino en cómo contribuyó a que la guerra cambiará el alma del país.
Gilpin Faust describe de un modo brillante el carácter fuertemente religioso de los Estados Unidos de mediados del siglo XIX, así como la familiaridad que su sociedad tenía para con la muerte. Destaca el concepto de la "buena muerte", a la que se llegaba después de una vida plena y en presencia de la familia, teniendo el difunto la oportunidad de orientar su pensamiento hacia el arrepentimiento y la religión. Esta concepción quedaría truncada con la carnicería de la guerra en la que miles de soldados murieron a causa de los combates o las enfermedades, lejos de sus hogares y de una manera despersonalizada y sombría. Ejemplo de esto es que las tasas de bajas fueron extraordinariamente altas y aún hoy difíciles de medir con precisión, especialmente para el bando confederado.
La sociedad que nos
describe la autora no estaba preparada para lo que se les vino encima. Al
comienzo de la guerra ni el Norte ni el Sur esperaban que el conflicto se
prolongara durante cuatro largos años y, por lo tanto, no tomaron las medidas
necesarias para manejar el enorme número de bajas que deparaban los combates.
El servicio de ambulancias, la recuperación de muertos, la atención médica a
heridos, la identificación de cadáveres, el entierro adecuado y la notificación
a los familiares fueron servicios con graves carencias. Conforme el conflicto
se fue extendiendo en el tiempo, los esfuerzos en la mejora de la atención a
muertos y heridos aumentaron, pero en ningún momento fueron suficientes. A esta mejora contribuyeron los trabajos de
organizaciones filantrópicas, como la Comisión Sanitaria y la Comisión Cristiana
que proporcionaban medios necesarios y asistencia a las tropas gracias a sus
miles de voluntarios.
Una de las partes más destacadas del libro es el uso que hace la autora de la literatura popular de la época. Podemos encontrar varias referencias a la poesía de la Guerra de Secesión que resultan un excelente termómetro de lo que sentían las personas que la vivieron en primera persona. Además de estos relatos populares, también hace referencia a diferentes obras de reconocidos escritores contemporáneos como Ambrose Bierce, Oliver Wendell Holmes, Emily Dickinson, John DeForest, e incluso al propio Abraham Lincoln para mostrar cómo veían la destrucción de la guerra a través de sus escritos. Pocos lectores se podían sentir tentados a romantizar el conflicto civil después de leerlos, al describirla mayoritariamente como un infierno sangriento y sin gloria.
En resumen, "Esta República del sufrimiento" constituye una obra sumamente recomendable que sorprenderá a los aficionados a la historia de la Guerra de Secesión estadounidense. Drew Gilpin Faust nos ofrece una mirada reveladora, sobria y desgarradora de una cara de la contienda entre el Norte y el Sur totalmente desconocida, que nos hace reflexionar sobre el significado de esta devastadora guerra fratricida.
No es el tipo de lectura que suelo elegir, pero gracias por dármelo a conocer y por tu estupenda reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Hola! La verdad es que los libros en general que tienen como base la guerra no me llaman, pero es que además la guerra de secesión americana me parece extremadamente aburrida, así que con este no creo que me anime.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Este tipo de libros no es para mi, lo dejo pasar.
ResponderEliminarSaludos
Me parece un acontecimiento histórico interesante, pues he leído poco sobre él, pero no sé si preferiría leer algo que fuera más ficción o basado en testimonios, pues el tono parece muy académico.
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