Sinopsis: Un thriller filosófico con más de 40.000 copias vendidas en Suecia. Una novela de suspense que es también una crítica social y un relato alegórico contemporáneo. Esta vez la historia que nos brinda John Ajvide Lindqvist contiene un elemento de terror mucho más realista que los vampiros de "Déjame entrar": ¿qué pasaría si un día desapareciera "la bondad"?
Eso es lo que ocurre en
el pueblo costero donde viven los protagonistas: Max, Siw, Anna, Johan, Marko y
Maria. Cuando aparece un contenedor de transporte, de color amarillo, que nadie
reclama, ni los vecinos ni las autoridades portuarias o el ayuntamiento quieren
hacerse cargo del mismo. Después de varios días de litigios, se deciden a
abrirlo y, sin saberlo, dan rienda suelta con ello a algo horrible que arrancará
la bondad de los corazones de los lugareños. Los seis amigos —y amantes
ocasionales—, que han crecido en esta pequeña ciudad, verán sus vidas alteradas
para siempre. Pero no es solo el contenedor el que tiene poderes
"fantásticos"...
La bondad sigue a seis personas cuyas vidas cambian después de que aparece un contenedor en Norrtälje. De hecho, todo el pueblo está cambiando. Es como si el contenedor proyectara oscuridad sobre el lugar. De repente, los habitantes, sin darse cuenta, deben navegar por un mundo amenazador, malvado y desagradable. Definitivamente una trama de lo más atractiva. Pero, ¿qué hay en el contenedor? El contenido es desconocido. Una vez abierto, surge algo que erosiona la amabilidad de la gente y transforma Norrtälje en un lugar cada vez más siniestro.
Una de las cosas en las que Lindqvist es particularmente hábil es situar sin esfuerzo al lector en la atmósfera noir nórdica. No hace falta saber mucho sobre la cultura o la historia suecas para sentir que se ha estado en un lugar como Norrtälje. Sin darse cuenta, el lector empieza a interiorizar las sutiles referencias a la música y la literatura suecas, hasta que todo el entorno resulta familiar. Esta es solo una de las muchas maneras en que Lindqvist nos transporta a sus mundos, de hecho llega un momento en que hemos leído doscientas páginas y no nos hemos dado cuenta del paso del tiempo.
La novela es bastante larga, pero el autor necesita ese tiempo para construir poco a poco el horror que amenaza con engullir por completo a Norrtälje. Sus personajes principales -Max, Johan, Marko, Maria, Anna y Siw- son unos treinteañeros que se preguntan exactamente hacia dónde se dirigen sus vidas. Amigos desde la infancia (algunos de ellos emigraron con sus padres desde una Serbia devastada por la guerra), que han tomado caminos diferentes una vez que terminaron el instituto, pero que están conectados por un pasado común y relaciones intermitentes, tanto de amistad como amorosas. No obstante, el verdadero protagonista es el misterioso contenedor que aparece en la costa.
Lindqvist construye pacientemente el inexorable cambio psicológico que se produce en los habitantes del pueblo. Durante el primer tercio de la novela, leemos sobre interacciones de bondad y solidaridad entre ellos, que lentamente van cambiando hasta tornarse en oscuridad. Finalmente, estallan peleas por todo Norrtälje entre sus vecinos, con tensiones raciales en aumento y viejos traumas aflorando. Los suicidios van en aumento y la amabilidad va siendo reemplazada por una malevolencia que ni siquiera quienes la expresan pueden explicar. Sin duda, todo muy perturbador.
A quien decida acercarse a esta novela le diré que, ante todo, se va encontrar una alegoría sobre la naturaleza humana y la sociedad contemporánea. Lindqvist critica la fragilidad de las estructuras sociales y cómo la ausencia de empatía puede transformar a personas normales en agentes de la crueldad más descarnada. Los personajes, con sus defectos y contradicciones, hacen que reflexionemos sobre ciertos dilemas universales: ¿Es la bondad inherente o una construcción social? ¿Qué nos define cuando desaparecen los valores que nos unen? En definitiva, una obra ambiciosa que no da respuestas fáciles, pero deja al lector cuestionándose qué significa ser humano en un mundo donde la bondad puede desvanecerse.
Por lo que cuentas, es de esas novelas que hay que tener la cabeza muy centrada para leerla y ahora mismo no la tengo. Pero me la dejo anotada para más adelante, que pinta muy bien.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Hola!
ResponderEliminarCómo me gusta cuando un autor se toma su tiempo en construir una atmósfera como la de este libro. No lo conocía y me ha picado mucho la curiosidad. ¡Me lo apunto! Muchas gracias por tu reseña.
Nos vemos entre páginas
La vida de mi silencio