Lepanto. La mar roja de sangre - Àlex Claramunt Soto

Fecha de edición: 2.021

Editorial: Desperta Ferro

Páginas: 432

Precio: 24,95 €

Género: Histórico

Sinopsis: “Duró el ímpetu grande de la batalla cerca de cuatro horas y fue tan sangrienta y horrenda que parecía que la mar y el fuego fuese todo uno, viendo dentro de la misma agua arderse muchas galeras turquescas y dentro de la mar, que toda estaba roja de sangre, no había otra cosa que aljabas, turbantes, carcajes, flechas, arcos, rodelas, remos, cajas, valijas y otros muchos despojos de guerra, y sobre todo muchos cuerpos humanos, así cristianos como turcos”. Así describía un anónimo soldado español las aguas del golfo de Lepanto en el mediodía del 7 de octubre de 1571, cuando la armada otomana chocó con la flota reunida por la Liga Santa –la Monarquía Hispánica, el Papado y Venecia–, en una de las mayores batallas navales de toda la Historia: «la más alta ocasión que vieron los siglos», tal y como la apellidó otro soldado. En la balanza, el dominio sobre el Mediterráneo, fieramente ambicionado por una Sublime Puerta que deseaba resarcirse del revés de Malta, que acababa de arrebatar Chipre a Venecia y que no cejaba en su acoso sobre las costas italianas y españolas con el corso berberisco. Un dominio contestado sin tregua por la Monarquía Hispánica, en un enfrentamiento que, amén de geoestratégico, era confesional, entre islam y cristiandad, y entre los respectivos paladines de la fe verdadera, el islam suní de Selim II y el catolicismo de Felipe II. Lepanto. La mar roja de sangre aborda la historia de esta crucial batalla conjugando el trabajo de expertos de los distintos países que participaron en la liza –españoles, italianos y turcos–, a fin de ofrecer una perspectiva completa pero plural, que analiza la situación internacional y los prolegómenos que condujeron al choque, pero que también se detiene con detalle en los aspectos tácticos del combate de galeras en el Mediterráneo y en el desarrollo y pormenores de una batalla de cuyo desenlace, hace ahora cuatrocientos cincuenta años, pendió el destino de Europa.

OPINIÓN

¡Hola lectores! A las puertas del 450.º aniversario de la batalla de Lepanto, "la más alta ocasión que vieron los siglos"(Cervantes), Desperta Ferro publica una obra editada por Álex Claramunt -director de Desperta Ferro Historia Moderna- en la que participan historiadores españoles, italianos, anglosajones y turcos para analizar la susodicha batalla en la que la Liga Santa derrotó a los Otomanos. Este es un detalle que a mi modo de ver resulta todo un acierto, sobre todo al participar en la obra dos historiadores turcos, -Idris Bostan, de la Universidad de Estambul, y Hüseyin Serdar Tabakoglu, hispanista de la Kirklareli Universit- conociendo mucho mejor el punto de vista enemigo de los acontecimientos que se nos van a exponer. 

Este 2.021 es un año repleto de aniversarios relevantes de nuestra historia, como ha sido el 500.º aniversario de la conquista de México-Tenotchtitlan o el centenario del desastre de Annual pero al igual que ha sucedido con estos hechos parece ser que el aniversario de Lepanto también va a caer en el olvido de las administraciones públicas. A día de hoy solo mi querida Córdoba va llevar a cabo una exposición (Lepanto en la retina de la historia) sobre tan señalada fecha, lo dicho una verdadera pena y otra ocasión perdida.

La batalla de Lepanto, acaecida el 7 de Octubre de 1571, supuso una victoria aplastante de la armada de la Liga Santa -la Monarquía Hispánica de Felipe II, el papado y la república de Venecia- comandada por Don Juan de Austria sobre la flota otomana del sultán Selim II. Victoria que todavía a día de hoy suscita debates de si fue o no decisiva pero que sin duda puso fin a las aspiraciones otomanas de dominar todo el mediterráneo con las consecuencias que esto hubiera supuesto para la Europa cristiana. Además si por todo esto no fuera suficiente, la batalla de Lepanto es un punto cumbre de nuestra cultura pues en ella participó Miguel de Cervantes, dejando constancia de ello en "El Quijote".

Desperta Ferro viene a poner luz sobre esta batalla con un libro de una calidad exquisita que no se va a ceñir solamente al análisis de la batalla en sí misma. De hecho, podemos decir que la obra tiene tres partes bien diferenciadas; en la primera de ellas conoceremos como se llegó hasta Lepanto, en la segunda la batalla propiamente dicha y en la tercera las consecuencias de esta. Phillip Williams  abre la obra  dándonos a conocer la forma de combatir en el Mediterráneo en los siglos XVI y XVII, como era el combate en las galeras y lo poco que se podía conseguir a largo plazo para la finalización del conflicto entre los dos grandes imperios dominantes  del Mediterráneo. En los siguientes capítulos asistiremos a las duras negociaciones entre Venecia, un aliado siempre difícil, y los representantes de la Monarquía Hispánica  para formar la Liga Santa y que sin la determinación del Papa Pio V jamás hubieran llegado a buen puerto. De titánica podíamos calificar la organización y logística de una armada descomunal y con unos intereses a menudo tan dispares, todo esto además de la reunión de la flota en Mesina queda excelentemente plasmado en el tercer capítulo por Miguel Angel de Bunes Ibarra. Esta primera parte del libro, previa a la batalla, la cierra Idris Bostan dándonos a conocer la organización de la armada otomana y el conflicto que estallo entre estos y los venecianos por Chipre, que condujo a Lepanto. Un capítulo este último que resulta uno de los más interesantes del libro al integrar en la obra el punto de vista turco del conflicto conociendo como nunca antes los objetivos otomanos.

La parte que engloba la batalla comienza con el choque en el centro de las dos armadas y la focalización de la lucha en las galeras capitanas de Don Juan de Austria y Alí Pachá. Todo esto queda magníficamente explicado por Agustín R. Rodríguez González poniendo el foco en el liderazgo de Don Juan de Austria y su determinación hacia la lucha, así como en la potencia de fuego de las temibles galeras ponentinas hispánicas. Pero por encima de todos se eleva la figura de Don Álvaro de Bazán y su formidable desempeño mandando la reserva. Seguidamente de la mano de Guido Candiani iremos a la lucha en el cuerno izquierdo de la Liga Santa al mando del Veneciano Agostino Barbarigo y el intento de Suluk Mehmed Pachá de flanquearlo por los bajíos de la costa norte para acabar con la lucha que mantuvieron en el cuerno derecho el genovés Gian Andrea Doria y Uluj Alí en la que las maniobras del corsario calabrés estuvieron a punto de dar un disgusto a la retaguardia cristiana.

Las consecuencias de la batalla y sus repercusiones ocupan la parte final del libro en la que conoceremos como se recuperó el Imperio Otomano del golpe recibido haciendo un alarde de recursos impresionante para reconstruir su armada en un tiempo record e iniciar la campaña de 1.572. Esta rápida recuperación y la muerte de Pio V influyó en la posterior disolución de la Liga Santa, pero el golpe definitivo fue sin duda la paz firmada entre la Serenísima y la Sublime Puerta en Marzo de 1.573 dejando a la Monarquía Hispánica de Felipe II como el único contrapeso a las fuerzas del Sultán. Los españoles ya con libertad de acción se centraron en sus propios intereses en el norte de África que llevaron a la toma de Túnez, reconquistada por los otomanos en 1.574. Debido a esto y al alto coste de la guerra en el Mare Nostrum, el rey fue desengañándose de este escenario centrándose en el norte de Europa. Cada año se fueron reduciendo el número de galeras dando paso a una estrategia defensiva mirando más al Atlántico que al Mediterráneo. El tratado de paz firmado con los otomanos en 1.578 reafirmo la nueva estrategia que como nos dice Idris Bostan abrió el camino a la campaña de la armada de 1.588.

Después de leer este enorme trabajo me queda la sensación de que poco más se puede contar sobre la batalla de Lepanto. Sin duda nos encontramos ante una obra que podemos calificar como definitiva y una de las mejores maneras de acercarse a unos acontecimientos cuyos ecos resuenan 450 años después de que las dos armadas se enfrentaran, aquella mañana del 7 de Octubre de 1.571, en las aguas del golfo de Lepanto para dilucidar el destino de Europa. 

Ya no es hora de consejos, sino de combatir (Don Juan de Austria)

 

★★★★★

 

Andrés CM